Tengo hambre. Hambre de sentir lo nuevo, lo viejo, lo verdadero, lo falso.
Tengo hambre de libertad y de encierro.
Tengo hambre de sentimientos casi desde que nací. Pasó tanto tiempo que tal vez me olvidé que tenía hambre... y solamente siento un vacío.
Y no hay sanguche de milanesa que lo llene.
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